El renacimiento se desarrollo en Europa occidental entre los siglos XV y XVI en Italia.
Este es fruto de la adopción del pensamiento humanista que revoluciono la concepción que se tenia hasta ese momento del mundo y del hombre.
La música del renacimiento se caracteriza por su textura polifónica, de corte contrapuntista, regida por el sistema modal heredado del canto gregoriano. Sus formas musicales mas representativas son: la misa y el motete en el género religioso, el madrigal, el villancico y el chanson en el género profano, las danzas, el ricercare y la canzona en la música instrumental.
Entre los compositores más destacados encontramos a Josquin Desprez, Palestrina, Orlando Di Lasso y Tomás Luis De Victoria.
Muestra estilo contrapuntistico.
Estilo:
La música renacentista esta caracterizada por su suave sonoridad que se deriva de la aceptación de la tercera como intervalo armónico consonante y del progresivo aumento del número de voces, todas de igual importancia y de estilo contrapuntista.
Géneros y formas:
Música religiosa:
Aquí podemos encontrar la misa y el motete:
Misa:
La misa cubría el ciclo del ordinario (Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus-Benedictus y Agnus Dei) y se le solía dotar de unidad al basarse en material preexistente. Para ello se seguían dos procedimientos de composición principales:
Misa de cantus firmus: el autor toma una melodía preexistente, bien procedente del canto llano o bien de alguna canción profana, o incluso popular, y la sitúa en una de las voces, habitualmente la llamada Tenor. Las otras voces son creadas ex novo, completando una textura generalmente a cuatro voces, y son llamadas Cantus o Superius, Contratenor Altus (luego Altus) y Contratenor Bassus (luego Bassus).
Misa de cantus firmus.
Una variante de este tipo de misa es la de paráfrasis, en la que la melodía preexistente es fragmentada y repartida entre las cuatro voces.
Misa parodia o de imitación: el compositor toma un motete o una canción polifónica anterior (propio o de otro autor), este ya de tipo polifónico, y utiliza el material melódico y armónico: motivos de imitación, cadencias típicas o a veces incluso fragmentos completos, pero reelaborando el material, añadiendo motivos y a veces voces nuevas, y siempre, naturalmente, cambiando el texto.
El motete renacentista era una pieza polifónica de texto sacro y en latín. Deudor en un principio del motete medieval, del cual procedía, pronto asumió una continua textura imitativa de voces de igual importancia (en número cada vez mayor: cuatro en el siglo XV, cinco o seis a finales del XVI), con frases musicales imbricadas y nuevos motivos para cada frase textual. En el motete el autor generalmente creaba material puramente original, sin tomar préstamos ajenos como en la misa. En el siglo XVI se desarrollan amplios motetes bipartitos y, en la escuela veneciana, los policorales, para ocho o incluso doce voces. Ejemplos sobresalientes de motete renacentista son el Ave María de Josquin o el Lamentabatur Jacob de Morales.
Géneros sagrados importantes, ya en lengua vernácula, fueron el villancico religioso español, el madrigal espiritual, la lauda italiana y el coral luterano.
Música vocal profana:
En Italia, la villanella, la frottola y el madrigal.
En España, el romance, la ensalada y el villancico.
En Francia, una vez superadas las formas fijas medievales aún vigentes en la escuela borgoñona (rondeau, virelay, ballade) se creó la peculiar chanson polifónica parisina.
En Inglaterra la canción con laúd isabelina.
Hacia el final del período aparecen los primeros antecedentes dramáticos de la ópera tales como la monodia, la comedia madrigal y el intermedio.
Música instrumental:
Asi como se extendio el rango vocal de la polifónia, los instrumentos tambien ampliaron su tesitura apareciendo de esta manera familias completas de cada tipo, cada tamaño era nombrado con el nombre de la voz equivalente: así, por ejemplo, se crean flautas de pico soprano, alto, tenor y bajos de varias tallas, y un proceso semejante siguen instrumentos de cuerda como las violas da gamba, de metal como los sacabuches o de madera como las chirimías.

Vihuela de mano española.
Las principales formas instrumentales de la época fueron:
Formas derivadas de modelos vocales: al tocar habitualmente los instrumentistas piezas vocales, compusieron formas similares, si bien sin texto: del motete derivaron piezas polifónicas imitativas, llamadas ricercare, fantasía o tiento, mientras que de la chanson derivó la canzona, generalmente más viva y más dividida en secciones que los anteriores.
Danzas: una de las funciones tradicionales de los instrumentistas era, naturalmente, el acompañamiento de la danza. Solían estar escritas a cuatro voces, en una sencilla textura homofónica. Hay abundantes ejemplos de danzas de todo tempo y compás, como la bajadanza, la pavana, la gallarda, la alemanda o la courante.
Formas improvisatorias: los músicos anotaban a veces sus improvisaciones más logradas. Podía tratarse bien de puras improvisaciones para un instrumento polifónico (toccata, preludio, de nuevo tiento), bien de variaciones melódicas ornamentales sobre una o varias voces de un modelo vocal preexistente (recercada, disminuciones) o bien de largas series de variaciones sobre un basso ostinato muy conocido, como la romanesca, el Conde Claros, el passamezzo antiguo o el passamezzo moderno.
Extraido de Wikipedia.
Contexto social:
El ascenso de la burguesía como clase social, las ideas desarrolladas en el Humanismo (incluyendo la revalorización de las artes como puro disfrute personal) y el invento de la imprenta produjeron una magnifica y nueva difusión de la música culta. Esta pasó de ser un privilegio sólo al alcance de la nobleza y el alto clero, y ejecutada exclusivamente por profesionales, a llegar a las clases medias, que consumían la amplia literatura musical profana publicada en toda Europa para uso casero de aficionados: canciones polifónicas en Francia, libros de vihuela y villancicos en España, madrigales en Italia e Inglaterra... Tocar un instrumento musical pasó de ser tarea propia de menesterosos a refinado pasatiempo de las clases altas.
Los dos siglos abarcados por el estilo renacentista suelen ser históricamente divididos en cinco generaciones de compositores.
Primera generación: las escuelas inglesa y borgoñona (1410-1450):
Guillaume Dufay y Gilles Binchois.
La influencia marcada por el estilo inglés (John Dunstable, Leonel Power), basado en el uso de terceras y sextas como consonancias (practicadas de forma improvisada y sistemática en el fauxbourdon), hizo que fueran desapareciendo los rasgos de la música medieval tardía, tales como la isorritmia y la sincopación extrema, resultando un estilo más límpio y fluido.
Fue en este tiempo cuando fueron gradualmente establecidas los parametros del contrapunto académico. Los más notables autores de este tiempo estuvieron en la órbita del ducado de Borgoña (que incluía también tierras de las actuales Holanda, Bélgica y el norte de Francia), como Guillaume Dufay y Gilles Binchois. Sus misas presentan ya voces de similar importancia, texturas a cuatro voces, imitaciones y control de la disonancia; sin embargo en sus chansons podemos reconocer aún ciertos rasgos medievales, como las formas trovadorescas (rondeau, virelay, ballade), la textura a tres voces de las que las dos inferiores se cruzan y parecen instrumentales... Incluso sus motetes, como el célebre Nuper rosarum flores de Dufay (escrito para la inauguración de la cúpula de la catedral de Florencia de Brunelleschi) presentan aún isorritmia y otros rasgos ya obsoletos.
La segunda generación: franco-flamenca (1450-1480)
En la epoca de Antoine Busnois y Johannes Ockeghem se afianzo en las nuevas reglas del contrapunto, consolidándose la polifonía imitativa en un estilo erudito de frases larguísimas y sofisticadas. Se usaron extensamente las técnicas del canon, convencional o mensural (Ockeghem de hecho compuso una misa, la Prolationum, en la cual todas las piezas se derivaban canónicamente a partir de una sola línea musical).
La tercera generación: franco-flamenca: el estilo internacional (1480-1520)
Josquin Desprez.
Todavía en torno a el año1500 los compositores mas representativos surgen de las actuales Bélgica y norte de Francia, Compère, Agricola, Obrecht, Isaac, Mouton... Sale a la luz así uno de los mayores talentos de la historia musical, Josquin des Prez, cuyo estilo claro, limpio y elegante se convierte en modelo de estilo polifónico para toda Europa: cadencias claras y frecuentes, secciones a dos o tres voces, pasajes homofónicos que subrayan el texto, clara articulación general de la forma, líneas melódicas equilibradas y de apariencia sencilla.
La cuarta generación: (1520-1550)
Cristóbal de Morales
Entrado ya el siglo XVI el estilo internacional se impone en la música religiosa, si bien autores como el español Cristóbal de Morales o Nicolas Gombert tienden a aumentar el número de voces (típicamente cinco), homogeneizar la textura, alargar frases y ocultar las cadencias, volviéndose de algún modo así a las maneras más complejas y refinadas de Ockeghem.
Es en este tiempo cuando se consolidan los estilos locales de la música profana: aparecen el nuevo madrigal italiano (Festa, Arcadelt, Verdelot) y la chanson parisina (con frecuencia homofónica, y muchas veces onomatopéyica y humorística).
La quinta generación: (1550-1600)
Teniendo entonces el oficio de músico (cantor, maestro de capilla, organista, ministril...) una gran dependencia de la Iglesia, la convulsión provocada por la Reforma protestante y la Contrarreforma afectó de lleno al estilo musical. Pasado el peligro de supresión de la polifonía , el concilio de Trento desalentó la excesivamente compleja por impedir la comprensión del texto, fomentando la homofonía y en general la claridad. Giovanni Pierluigi da Palestrina vino a cultivar un fluido estilo de contrapunto libre en una densa y rica textura en la cual las disonancias eran seguidas por consonancias en cada pulso, y los retardos eran muy habituales. Este estilo quedó fijado como modelo para la música religiosa de su tiempo , y desde entonces para la enseñanza del contrapunto académico.
Algunos de los polifonistas más reconocidos: Orlando di Lasso, Tomás Luis de Victoria y William Byrd.
No hay comentarios:
Publicar un comentario